domingo, 15 de enero de 2012

EL CÓDIGO DEONTOLÓGICO

Cuando los datos de la investigación son falsos el problema ético es claro, pero el probar la falsedad de los datos de investigación es  también una tarea problemática y de gran dificultad.
Es por ello que a lo largo de la historia hayan existido códigos de ética profesional o códigos deontológicos desde la antigua Grecia (código hipocrático) hasta la actualidad. Son normalmente los colegios profesionales los encargados de velar por el cumplimiento de estos códigos.
Los códigos deontológicos no sólo sirven para determinar las normas y valores que deben asumirse en cada actividad profesional sino que también contribuyen a mantener el prestigio de las distintas actividades y para que se cumplan los deberes como profesional.
He encontrado en internet una información muy interesante a este respecto que aparece en el siguiente link:


Se trata de un trabajo realizado por Gonzalo Jover Olmeda de la Universidad Complutense de Madrid, en el que se explican los distintos ámbitos de la deontología profesional docente y se dejan una serie de posibles líneas de investigación en este aspecto.

lunes, 19 de diciembre de 2011

¡ESO ES PLAGIO!

Como hemos visto en clase de Investigación Educativa en innumerables ocasiones, antes de realizar una investigación debemos leer todo lo que caiga en nuestras manos relacionado con el tema a investigar, para no caer en el error de investigar algo de lo que ya se ha tratado con cierta profundidad o incluso algo de lo que ya se tiene la mas absoluta certeza. El no realizar previamente las consultas bibliográficas pertinentes nos puede acarrear la invalidez de todo el trabajo realizado, por lo tanto es un paso que no podemos saltarnos. Incluso se nos podría acusar de plagio si cometemos este error, por otro lado tan común.
El plagio es conocido por nosotros especialmente en los ámbitos musicales y periodísticos, pero cada vez se hace más patente en el ámbito educativo, debido a internet, que permite facilmente cortar y pegar información de otras fuentes. Debéis tener en cuenta que este tipo de plagio va en contra de la ética investigadora y ademas  puede ser detectada muy fácilmente por los profesores mediante detectores de plagio en linea. Aunque en algunos casos se lo ponemos más fácil aun, cuando usamos fuentes inapropiadas o inexactas.
¡Ánimo compañeros! ¡Seamos creativos!


martes, 6 de diciembre de 2011

EL FALSACIONISMO DE POPPER

Siguiendo con el hilo de la ética en nuestro ámbito, a la hora de realizar una investigación es fácil caer en el intento de probar nuestra hipótesis inicial por motivos no estrictamente científicos, como pueden ser motivos de ego personal o prestigio, motivos políticos, hacer publicidad de nuestro trabajo, justificarlo económicamente o llevar a cabo un vistoso TFM.
De esta manera a menudo se adulteran las investigaciones:
o       Trabajando con muestras intencionales

o       Simplificando o exagerando resultados

o       Aceptando hipótesis que son falsas

o       Modificando conclusiones


Creo que la lectura de las teorías del filosofo austriaco Karl Popper nos pueden ayudar en cierta manera a evitar esto. A mi me han fascinado. Os explico en que consisten y os invito a que indaguéis en ellas. Popper fue un autor muy influyente en la filosofía del siglo XX, siendo su obra mas destacada  La lógica de la investigación científica donde expone las tesis fundamentales del falsacionismo.

El Falsacionismo de Popper consiste básicamente en oponerse al inductivismo y criticar la inferencia de enunciados universales partiendo de enunciados singulares.
Esto quiere decir que no se puede verificar una hipótesis por muchas pruebas que tengamos para apoyarla, lo cual contrapone muchos de los principios de nuestra asignatura de investigación. Según Popper la observación de la realidad no sirve para verificar leyes o teorías para convertirlas en verdaderas. Él piensa que la verdad es imposible de conseguir.

Partiendo de esa base Popper ofrece una metodología alternativa que consiste en lo siguiente:
“Aunque una teoría nunca puede ser verificada, sí puede ser falsada, es decir, si el conjunto de observaciones favorables no puede demostrar la veracidad de una teoría, un hecho contrario a ella, puede demostrar que la teoría es falsa.”
“a una teoría se le otorga el carácter de científica si es susceptible de ser falsada, en caso contrario, no es científica”

Lo que Popper propone es que en vez de formular una hipótesis y demostrarla lo que debemos hacer es intentar ¡“echarla abajo”! y si consigue en cierta medida “mantener el tipo” consideraremos que se acerca mucho a la realidad, sin darla nunca por veraz al cien por cien.
Una teoría se considera más "fuerte" cuantos mayores intentos de ser refutada sea capaz de resistir. Es decir que su método apunta a intentar refutar una teoría, probar su invalidez, en vez de lo contrario y lo tradicional, que es intentar probar su veracidad.

Pongamos un ejemplo simple:


o       Hipótesis 1: En Andalucía todos los días hace sol.
o       Hipótesis 2: En Andalucía no todos los días hace sol.


Si nuestra investigación la hacemos en Málaga todos los días del mes de Agosto probablemente demos la hipótesis 1 por válida pero esto no quiere decir que sea una verdad absoluta. De hecho esta hipótesis puede ser falsada otros muchos días del año y por tanto rechazada.


La hipótesis 2 si es demostrable, ya que el hecho de que un día esté nublado confirma mi hipótesis al 100%.


Sin embargo, el falsacionismo ha sido criticado a lo largo de la historia por diversos motivos:

Muchas teorías que hoy se consideran como ejemplos de buena ciencia jamás habrán salido a la luz, por cuanto hubieran sido refutadas en su  más tierna infancia.

Puede demostrarse históricamente que cualquier teoría científica, ya sea en el momento de su primera formulación, ya con posterioridad, se topó con enunciados observacionales que fueron aceptadas e incompatibles con ella. Y, a pesar de todo, muchas teorías no fueron rechazadas (falsadas) automáticamente, afortunadamente para la ciencia.

Veamos un ejemplo:
En los primeros años de su vida, la teoría gravitatoria de Newton fue falsada por las observaciones de la órbita lunar. Llevó casi cincuenta años desviar esta falsación hacia agentes externos a ella. Al final de su vida, Newton sabía que su contracto era incompatible con los detalles de la órbita del planeta Mercurio, si bien sus colegas no abandonaron la teoría por esta razón. Resultó que nunca fue posible explicar esta falsación de tal manera que la teoría de Newton quedara protegida. Todos los progresos importantes de la teoría cinética tuvieron lugar después de la susodicha falsación.  Resultó pues una suerte que no se abandonara la teoría a la vista de las falsaciones, situación a la que se habría visto abocado de haber imperado el ideal del falsacionista ingenuo.

Saludosss.

domingo, 6 de noviembre de 2011

LOS JUEGOS SEXUALES DE GANDHI

¡Gracias Compañeros por vuestros comentarios!

Brigada, Me quedo con tu frase “los judíos sabían a que iban” y aunque por supuesto no les comentaron: “oye os vamos a meter en agua fría a ver que tal la hipotermia”, vamos a suponer que hubieran estado totalmente informados de los experimentos que se iban a llevar a cabo y de lo salvaje que era este tio. Entramos entonces en que el importante hecho de que los participantes conozcan mas o menos a fondo el procedimiento y el objeto de la investigación, es un derecho que sólo tiene sentido si dicho participante tiene la posibilidad de echarse atrás.

En la investigación educativa, ¿también existe ese derecho a negarse a participar por parte del alumnado en según que caso?, ¿o por el hecho de estar en el proyecto de centro o de la propia asignatura se les hace partícipes directamente?

A continuación, y para desmitificar a Gandhi, copio y pego un articulo que me ha impactado acerca de los llamados "Experimentos con la Brahmacharia", investigando sobre su propia castidad... interesante...
En el año 2011 Gandhi se hubiera mudado a Alhaurín hace tiempo y no a un adosado precisamente como dijo nuestro conferenciante Antonio Marfil.


Dormía con mujeres desnudas para probar que podía mantener su castidad. Una nueva biografía del líder indio asegura que, en realidad, estaba obsesionado con el sexo.



Experimentos. La terapia espiritual de dormir con mujeres jóvenes desnudas para enfrentar a la lujuria le trajo graves problemas políticos a Gandhi.


Gandhi descubrió la sábana y se quedó mirando a Manu, la hermosa muchacha que aquella noche compartía colchón con él. Se dirigió a ella con voz suave y profunda: “Los musulmanes nos pueden matar en cualquier momento, debemos poner a prueba nuestra pureza, ofrecer el último de nuestros sacrificios, debemos dormir desnudos a partir de ahora”. Entonces el anciano empezó a quitarse el dhoti. La joven, de 18 años, le miraba sin decir nada.
No parecía asustada. Y también empezó a quitarse la ropa lentamente hasta que los 2 se quedaron completamente desnudos. Estaban muy cerca, pero no se tocaban. Por el hueco de la baranda entraba un poco de luz que dejaba entrever la piel fina y luminosa de ella. La tersura de su piel contrastaba con la flacidez y la sequedad de aquel anciano de 77 años. La pareja se encontraba en el campamento temporal de la localidad de Srirampur, en la peligrosa región musulmana de Noakhali, Pakistán Este (hoy Bangladesh), donde se estaban produciendo matanzas de hindúes por parte de musulmanes, a finales de 1946. Gandhi había viajado hasta allí con la intención de pacificar la zona y lograr la imposible reconciliación, según relata el historiador Jay Adams en su biografía Gandhi Naked Ambition (La ambición desnuda). En medio de la tensión de aquel viaje había escrito al padre de Manu para que le enviara a su hija para llevar a cabo el último de sus experimentos sexuales y así probar su castidad, lo más duro.
La necesitaba más que nunca. Manu era la sobrina-nieta de Gandhi. Kasturba, su esposa, la había cuidado desde que tenía 12 años y perdió a su madre. Cuando Kasturba murió 2 años atrás, Gandhi se hizo cargo de ella. La joven había vuelto con su padre cuando inició el viaje a esta complicada región. Ahora la echaba de menos. El Mahatma estaba fascinado con la virginidad de aquella muchacha y se había propuesto que llegara pura hasta la muerte. Para eso debía someterla a la prueba de dormir desnuda con él para aprender a contener su deseo carnal.
Manu era el último de los experimentos de Gandhi y el que más rechazo había provocado, no solo entre sus discípulos, sino en todo el país. Dos de sus más fieles secretarios en la comunidad habían dimitido, molestos por las prácticas sexuales con Manu. Creían que había llegado demasiado lejos. Su relación puso en juego su reputación como político. La desaprobación popular era unánime, lo que le obligó a escribir una carta a su hijo Manilal, de 54 años. “No dejes que te afecte el hecho que duerma con Manu, Dios ha querido ponerme a prueba con este último paso”, le decía.
Mahatma Gandhi (1869-1948) había iniciado sus controvertidos experimentos con mujeres desnudas en 1915, cuando regresó a India después de 22 años luchando en Sudáfrica por los derechos de la comunidad india del país africano con su famosa resistencia pacífica, que más tarde utilizaría en la guerra de la independencia de India.
En Sudáfrica, Gandhi hizo el voto de castidad según la Brahmacharia -celibato de los brahmanes- en 1898 y, a partir de entonces, no volvería a dormir con su esposa ni a tener relaciones sexuales con ella para eliminar la lujuria de su relación y quedarse con lo puro. No obstante, aún tardaría 7 años en tener pleno autocontrol de su castidad. En India puso en práctica toda su filosofía. Creó los ashrams, comunidades religiosas en las que él vivía con su familia y con un centenar de discípulos suyos que lo adoraban. Su vida cotidiana transcurría en la más absoluta austeridad. Ellos se lo fabricaban todo, no dependían de nadie. En estas comunidades empezó a practicar lo que él denominaba los experimentos de la Brahmacharia y que consistía en dormir con mujeres desnudas para aprender a controlar su apetito sexual. Fue un proceso progresivo.
Primero separó los dormitorios de los hombres de los de las mujeres para evitar que cayeran en la tentación de la carne, y después empezó a dormir con las muchachas y a pedirles que se desnudaran. Mientras tanto, Gandhi había empezado a adoctrinar a la gente acerca de la abstinencia de sexo, más allá del acto reproductivo en sí. Fue muy severo en este sentido con sus propios hijos. Si descubría que alguno de ellos se había acostado con la mujer de otro hombre les castigaba con 7 días de ayuno. A pesar de su apariencia frágil y desnutrida, Gandhi era considerado por muchas mujeres como un hombre muy atractivo. Su amiga Millie Polak creía que atraía a las mujeres por su feminidad, por todas esas cualidades asociadas a una mujer y que él poseía: “Gran fe, fortaleza, devoción, paciencia, ternura y simpatía”.
También los hombres se sentían atraídos por él. Pyradelal, uno de sus más devotos secretarios y consejeros, confesó que “había una gran majestuosidad en su simplicidad”. Mujeres de todo tipo se le acercaban y algunas se convirtieron en muy importantes en su vida. Sin embargo, su relación con ellas fue ambigua y despertó muchas sospechas. Fue el caso de Saraladevi Choudhuran, activista nacionalista bengalí a la que él definió como su “esposa espiritual”, en oposición a Kasturba, su esposa real, quien era analfabeta. Gandhi llegó a confesar que Saraladevi le podía hacer romper sus propias reglas.
Saraladevi y Gandhi estaban tan unidos que cada vez que ella lo visitaba en el ashram, los celos se desataban entre las otras féminas de la comunidad. Gandhi le dedicaba una atención especial, pasaba buena parte de su tiempo con ella, y esto irritaba al resto de muchachas. Gandhi intercambió cartas cariñosas con Esther Faering, una hermosa misionera danesa, y con Madeleine Slade, la hija de un almirante inglés que a los 33 años, en 1925, eclipsada por el aura que desprendía el gurú, viajó hasta la India para conocerlo. Por aquel entonces Gandhi era un símbolo en el resto del mundo y su forma de vida atraía a cada vez más occidentales. Madeleine se quedó a vivir en el ashram, adoptando el nombre de Mirabehn. Gandhi estaba obsesionado en reducir su apetito sexual poniendo a prueba su excitación. Tenía relaciones muy íntimas con muchas mujeres, que se bañaban con él y le hacían masajes mientras el anciano yacía desnudo. Eran habituales sus paseos a media tarde apoyándose en dos muchachas. Por lo general eran Abha y Sushila, dos de sus nietas-sobrinas, a las que llamaba cariñosamente “mis bastones”. Abha tenía 16 años, estaba casada y Gandhi admitió que era muy peligroso dormir con ella sin caer en la tentación del sexo, y que por esto “era un experimento muy valioso”. A Sushila Nayar la conocía desde que tenía 6 años y la sentaba en su regazo. Era la niña de sus ojos. En más de una ocasión le había pedido a su madre que se la regalara. Sushila estudió Medicina en Londres y, tras graduarse, se fue a vivir con su abuelo al campamento, convirtiéndose en su médico personal.
Otra de las controversias fue su confesión de que tenía eyaculaciones involuntarias, de las cuales estaba orgulloso porque sintió que adquiría pleno control de sí mismo y por “su creencia casi mágica en el poder del fluido seminal”. Estas afirmaciones levantaron de nuevo revuelo entre la población. Su imagen pública se deterioraba a marchas forzadas y afectaba a su influencia política. Ante el aumento de la desaprobación popular por sus prácticas sexuales, Mirabehn le aconsejó que abandonara sus experimentos, a lo que él accedió.
En 1938 escribió una carta a todos los miembros de la comunidad justificando sus baños desnudos con Sushila: “Nunca he visto a Sushila desnuda. Mientras ella se bañaba, yo cerraba los ojos y todo lo que sé de su cuerpo es por los sonidos”. El alejamiento de Sushila le provocó una terrible nostalgia. “Por primera vez en mi vida he perdido mi autoconfianza”, escribió. Este ataque de nostalgia lo llevó a suspender una reunión con Jannah, el líder musulmán, una reunión en la que debían tratar la unión entre musulmanes e hindúes, por no sentirse fuerte para negociar. Tres meses después volvió a hacer más experimentos. Pero no todas las mujeres lo adoraban. En una ocasión lo visitó una de sus nietas, Sumitra, después de graduarse en una escuela británica. Cuando él le pidió que se quedara en el ashram como secretaria suya, ella le respondió furiosa: “Yo no quiero ser una de tus secretarias inferiores que limpian tu ropa y tus utensilios, organizan tus comidas y se sienten importantes”.
En su libro, Jay Adams pone en duda la legitimidad de su mensaje de castidad y de abstinencia sexual y describe a Gandhi como un hombre traumatizado y obsesionado con el sexo. Esta obsesión empezó en 1882, cuando tenía 13 años y su padre lo obligó a casarse con Kasturba Kapadia, de su misma edad. En la desconcertante noche de bodas, el pequeño Gandhi lo único que hizo fue correr la cortina, ni tan siquiera miró a su mujer. Despreció a su padre por haberle creado esta urgencia sexual tan joven. Ese trauma se agrandó 3 años más tarde, cuando su padre murió mientras él estaba haciendo el amor con Kasturba. No se perdonaría nunca que su padre no muriera en sus brazos -era un privilegio en la India que alguien muriera en tus brazos- porque se había dejado llevar por un impulso carnal irrefrenable. También cuestiona que bañarse y acostarse con muchachas desnudas, aunque no las tocara, no se pudiera considerar sexo. Mientras para un joven impera la penetración y la eyaculación, “para un hombre mayor, un erotismo menos específico es suficiente: el sonido de la voz de una mujer, el tacto femenino, la visión de la desnudez”. Tras la muerte de Kasturba en sus brazos, en 1944, los experimentos eróticos de Gandhi se radicalizaron. Empezó a dormir con 2 muchachas a la vez, se sometió a situaciones de extrema excitación, incluso llegó a acostarse con hombres con la misión preconcebida de convertirse en un “eunuco mental”. La aceleración de las experiencias coincidió con el proceso final de las negociaciones emprendidas con la colonia británica con el propósito de firmar la independencia de la India y Pakistán, que finalmente llegaría en 1947.
Al final, el Mahatma se llevaba a la cama mujeres cada vez más jóvenes, hasta que llegó Manu, quien ocuparía los últimos meses de su vida y con la que se propuso el último de sus experimentos. Ella lo acompañaba a todas partes. Manu fue la última de las mujeres que durmieron desnudas con él. Y era la mujer que lo acompañaba aquel 30 de enero de 1948 en Delhi, cuando el llamado profeta de la paz fue abatido a tiros por un extremista hindú. El Mundo

viernes, 4 de noviembre de 2011

EL ANGEL DE LA MUERTE

“Josef Rudolf Mengele /ˈjoːzəf ˈʁuːdɔlf ˈmɛngələ/,(Günzburg, Baviera, 16 de marzo de 1911Bertioga, Brasil, 7 de febrero de 1979) fue un médico y criminal de guerra nazi, especialmente reconocido por sus experimentos con seres humanos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, Polonia. Sus conocimientos en Anatomía, Cirugía, Genética, Enfermedades, Tratamientos, entre otros aspectos, en su facultad de profesional de la Medicina, los aplicó analizando, estudiando, torturando y ejecutando a miles de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. Es por ello por lo que, tras conocerse estos crímenes, se le apodó El Ángel de la Muerte.”

“A partir de 1943, los gemelos eran seleccionados y ubicados en barracones especiales. Cuando en la rampa de selección localizaba gemelos, para éstos constituía una esperanza de alargar la vida el pertenecer a esa condición. Los gemelos eran ubicados en un recinto especial y eran tratados algo mejor que los demás internos.[4] Prácticamente todos los experimentos de Mengele carecían de valor científico, pero fueron financiados por el gobierno nazi. Incluyeron, por ejemplo, intentos de cambiar el color de los ojos mediante la inyección de sustancias químicas en los ojos de niños, amputaciones diversas y otras cirugías brutales y, documentado al menos en una ocasión, un intento de crear siameses artificialmente mediante la unión de venas de hermanos gemelos (la operación fue un fracaso y el único resultado fue que las manos de los niños se infectaron gravemente).[4] Las personas objeto de los experimentos de Mengele, en caso de sobrevivir al experimento, fueron casi siempre asesinados para su posterior disección.
Mengele extraía los ojos a sus víctimas y los colocaba en una pared como un muestrario de las variedades heterocromas que existían. Intentó también por la vía química cambiar el color de pelo de los internos mediante la aplicación de dolorosas inyecciones subcutáneas y en algunos casos realizó castraciones y experimentos en la médula espinal dejando paralizados a los intervenidos.
En cooperación con otros médicos, Mengele intentó también buscar un método de esterilización masiva; muchas de las víctimas fueron mujeres a las que se les inyectaban diversas sustancias, sucumbiendo muchas de ellas o quedándose estériles en muchos otros casos.
En otras ocasiones realizaba experimentos sumergiendo en agua helada a internos fuertes para observar sus reacciones ante la hipotermia.
También cooperó con su contraparte de la aviación, el médico Sigmund Rascher de la Luftwaffe, en algunos experimentos sometiendo a personas a cambios de presiones extremos. Los individuos perecían en medio de horrorosas convulsiones por excesiva presión intracraneal. Rascher fue el equivalente de Mengele en el campo de la experimentación con humanos, pero con fines militares. Su perversidad anduvo a la par con este último, pero su historia y final fueron muy distintos.
Mengele también realizó experimentos con gitanos y judíos que tenían deformidades, enfermedades hereditarias (enanismo, síndrome de Down), siameses e incluso con mellizos, diseccionándolos vivos y sumergiendo luego sus cadáveres en una tina con un líquido que consumía las carnes, dejando libres los huesos. Los esqueletos eran enviados a Berlín como un macabro muestrario de la degeneración física de los judíos.
Otra de sus líneas de "investigación" fue el virus etno-específico.[5]
Mengele llegó a tener una colección particular de condenados especialmente escogidos para servir en sus ensayos, el trato recibido no era mejor que el de los condenados a las cámaras de gas.[6]
En 1944, Mengele deseaba un cambio: aunque estaba orgulloso de sus experimentos, pretendió ascender en el escalafón de las Waffen SS haciéndose evaluar por un inspector.
El informe emitido por un coronel SS destacaba la personalidad, profesionalidad y celo del deber de Mengele, que le daban méritos para un ascenso y un nuevo puesto. Sin embargo, por motivos desconocidos, nunca se le reasignó desde Auschwitz.
Mengele hizo en una ocasión cargar un vagón de tren con unos cajones que los internos notaron "demasiado pesados para su volumen". Los cajones iban dirigidos a Günzburg y algunos internos dedujeron - correctamente - que los cajones contenían lingotes de oro, provenientes de las extracciones dentales de las víctimas del campo. Éste fue uno de los primeros indicios de que Mengele había presentido el fin de la Alemania Nazi.”

¡BIENVENIDOS!

Hola compañeros,

¡Finalmente comienza mi blog!. Se admiten y se agradecen miles de sugerencias, especialmente porque soy totalmente novato en esto.
Aunque imagino que este tema será de tratamiento amplio en nuestra asignatura, me gustaría abrir un debate que me parece muy interesante y es acerca de los problemas éticos que puede conllevar el hacer investigación sobre personas (especialmente cuando llegamos a la fase experimental), como es nuestro caso en el ámbito educativo.
Partiendo de la idea de que toda investigación debe ser un acto ético y en todo momento se debe proteger a los “investigados”, en un trabajo realizado en  la Universidad de Granada titulado “La Ética de la Investigación Educativa”


se indican como problemas éticos fundamentales relacionados con los participantes en el ámbito de la investigación los siguientes:

a) Ocultar a los participantes la naturaleza de la investigación o hacerles
participar sin que lo sepan.
b) Exponer a los participantes a actos que podrían perjudicarles o disminuir
su propia estimación.
c) Invadir la intimidad de los participantes.
d) Privar a los participantes de los beneficios.

En mi primera entrada os dejo algunos fragmentos extraidos de la biografía publicada en Wikipedia del Doctor Josef Rudolf Mengele, médico alemán que encontró un lugar ideal para sus investigaciones-experimentos en el Campo de Concentración y Exterminio de Auschwitz. ¿Quizás en algún momento se vieron comprometidos los puntos a), b), c) y d)?

¡Un saludo y buen fin de semana!